Los bajos índices de audiencia precipitan el final de OT

Lo anunciaron como lo que podía ser la renovación del formato aunque 'Operación Triunfo'  recuperase a la antigua directora de la academia, Nina, a muchos de los profesores de las primeras ediciones e incluso la incorporación de la primera expulsada de la historia de 'Operación Triunfo', Geno. Telecinco pensó que de esta manera reviviría el espíritu musical que por aquel entonces arrasó en España. La audiencia media que el programa ha cosechado ha sido de dos millones de telespectadores. Unos números bastante débiles. De hecho, en las últimas dos galas de 'OT' no se llegó a los dos millones de espectadores, lo que se traduce en una decepción para la cadena si comparamos estos datos con los de otros años. Así, Telecinco ha decidido cancelar reality a través de un comunicado que dice que "el próximo domingo, a las 22.00, se celebrará la final más reñida: por primera vez se la disputarán doce concursantes, y no tres, como en sus anteriores siete ediciones". ¡Y tanto que será la más reñida! ¿Cuál de todos ellos será menos malo? ¿Por quién se decantará la audiencia? Con esto me refiero a que no están preparados para asistir a una final, llevan muy poco tiempo de preparación y a los televidentes no les ha dado tiempo a seguir el progreso de los concursantes, simplemente porque éstos no han tenido chance para ello.

Ahora toca hablar de la presentadora. A ver por dónde empiezo... Todos sabemos que Pilar Rubio no es una comunicadora brillante y la chica, como los triunfitos, no estaba capacitada para conducir uno de los concursos considerados de "primer nivel". A Pilar Rubio se le ha dado mucha caña y sobre todo, los internautas la han criticado mucho en diversas webs y foros por su forma de llevar las galas. A la antigua reportera de 'Sé lo que hicistéis...' se la ha acusado de una excesiva improvisación, cosa que no sería del todo mala si supiera hacerlo.

En fin, todo ha sido un cúmulo de factores que han hecho decaer el programa: las bajas audiencias, la presentadora, los continuos cambios en la escaleta del concurso o en el sistema de votaciones. Por no hablar de los miembros del jurado que parecían semidioses en su trono despotricando contra la dirección y los concursantes, en muchas ocasiones sin argumentos didácticos. Los verdaderos perjudicados de todo esto han sido los participantes, que se quedan sin la promesa que semanas atrás les hicieron de salir de la academia convertidos en artistas.